22.9.06

Justicia

Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar!!!!!!
PERPETUA para el hijo de remil putas de Etchecolatz!!!! Y bajo la fu}igura de genocidio... El resto ponga sus barbas en remojo.

1.9.06

A pedido popular

Segunda parte de mis aventuras en tierras marìtimas, de los singulares acontecimientos en que me vi envuelta y de cómo me desenvolvì.
Entré, entonces, al departamento. Estaba, si es posible, màs frìo que el exterior. No me importó. Tras mi espera en Mar del Plata, estaba exhausta. Me preparè una cama con aproximadamente 12 frazadas, dispuesta a morir aplastada, mas no de frío. No habìa luz: comprensible dada la tormenta. Decidì solucionarlo al despertar,una vez repuesta. Me despertò mi celular sonando: una voz amiga , mi padre, quien contestome, ante mi drama lumìnico "¿Activaste la llave de paso del depto?". Se hizo la luz, metafòrica y literalmente. Yo, ni enterada de que existìa una llave de paso en cada casa. Admito mi ignorancia. Pero siempre he tomado la luz como variable dada; una de las pocas cosas que nos quedan sin intermediarios.
Resuelto el tema de la luz, me fui a hacer las compras. Sentìame una joven Doña Petrona.
Volvì. Habìa que conectar la garrafa. El candado, oxidado, no se abrìa. Intento volver al departamento. La puerta del departamento no se abrìa. Ante el complot de los elementos inanimados, llamè a un cerrajero, al que recibì sentada delante de la puerta de la fortaleza, rodeada de bolsas de comida, y pensando que con el frìo que hacìa (por suerte?) no se descongelarìa la carne, pero me congelaba yo. No lograba decidir què era lo mejor. El cerrajero resolviò todo, me encajò un nuevo candado. El chiste me saliò 40 mangos. Veìa decrecer peligrosamente mis fondos de subsistencia.
Busquè la garrafa. No estaba en la cochera, no estaba en la garrafera. Desolada, rompì en llanto, puteando a mi primo (el último en visitar el depto)injustamente. Una vez más, fue la voz de la razòn, mi padre, quien me sugiriò el lavadero. Allì estaban, efectivamente, las garrafas. Despuès de eso, se sucedieron algunos inconvenientes menores, pero nada que amerite contar.
De cualquier forma, fue un lindo viaje, y me hizo crecer como persona. Ahora, por ejemplo, se que hay una llave de paso en algun lugar de cualquier casa. CUAAAAAC