15.3.06

Apodos

Algo que me confunde es cuando la gente, ya mayorcita y todo, tiene los apodos que tuvieron cuando eran chicos. No me parece serio. Por ejemplo, tengo un tío que fue presidente de la Suprema Corte durante muchos años, y le seguimos diciendo "Boli". De hecho, sólo recientemente nos enteramos de su nombre real. "Boli" no suena a presidente de la Suprema Corte.
Un amigo de mi familia es un inminente nominado al Premio Nobel de Física, que hizo una teoría físico-matemática sobre el origen del universo, y le decimos "Quique". Cuando a mi me dicen "Quique", me imagino a alguien medianamente joven, pero no a un señor de 50-60 años que hace cosas importantes.
Insto a la gente a abandonar sus juveniles apodos al cumplir los treinta, en pos de una mayor seriedad cuando uno cuenta anécdotas que los involucren.

Pd: Es verdad que a mí, por ejemplo, mi hermano me sigue diciendo "enana". Eso se va a tener que acabar cuando empiece a ser importante.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

De cualquier forma, convengamos en que hay apodos y apodos. Si llegás a ministro y de chico te decían Beto o Betito es una cosa, pero si te decían Frú-Frú,es otra.
No es serio que un periodista presente a un Premio Nobel diciendo: "Tenemos con nosotros al Dr. Nepomuceno "Chiribín" Aguirre", pero es útil si se trata de un cómico.
Una vez más, todo es relativo.
RICARDO "Chupito" PIGLIA

6:02 p. m.  
Blogger Pablo said...

a mi me suelen reconocer muchos de mis amigos por mis viejos apodos, y hay veces en las que ni yo recuerdo esos viejos apodos

4:21 p. m.  

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