9.2.06

Cruzada

A sangre y fuego, a fuego y sangre,
a dentelladas de odio,
a lágrimas de furia,
a golpes de rencor,
se abre paso la blanca dama,
mostrando oscuridad.

Y pisotea las tumbas,
y atormenta a niños y viejos,
e invade las casas
que apestan a sangre de cordero,
masacrando a toda la prole.

Podés verla en cualquier lado,
a la blanca, blanca dama,
que patea los vientres donde nace la vida
hasta que sólo queda muerte,
que incinera los brotes
construyendo un desierto.

Tanto odio dentro suyo
y tan pálido su rostro.
Mirá, es aquella que mata al unicornio
y sonríe, con los colmillos chorreando sangre
y bilis
Y se presenta
autodenominándose "Libertad,
enviada de Dios"