1.2.06

Retornando

Después de unas vacaciones extremadamente activas y ocupadas, en las que no escribí todo lo que hubiera querido, vuelvo, respondiendo al reclamo popular (Gracias Paul). No me malentiendan, seguí pensando tratados de banalidades como los que integran este blog, incluso intenté una poesía, pero no los escribí.
Estuve en Gesell, para el que aún no lo sepa: la ex- meca hippie en Argentina que, a pesar de estar sumamente enchetada, mantiene las apariencias, y sigue teniendo más onda que su prima hermana snob, un par de kilómetros antes por autopista.
Miré mucho el mar. El mar es una de las cosas más inmensamente poéticas y atractivas que existe en el mundo. Una poesía a una montaña no tiene esa "cosa" (a falta de palabra mejor) itrínseca que tiene una poesía al mar. También recordé la frase de algún humorista mejor dotado que yo que preguntaba porqué insistíamos en meternos al mar, si claramente no nos quiere adentro. Estoy totalmente de acuerdo. Yo, en particular, sigo luchando cotra la masa acuática, porque la amo. Estoy segura que también le agrado, pero "porque me ama me aporrea". Así que me debe amar mucho, porque me ha pegado cada birulo!.
Otra cosa que llama la atención del mar es su afán voyeur. Pasa una ola, con reminiscencias de huracán. En el segundo posterior, no hay una sola mujer en el mar que no se esté arreglando el corpiño de la bikini. Nunca arrastra la malla de los hombres. Sufro mucho este exhibicionismo constante, pero es un pequeño precio que hay que pagar para disfrutar de este placer.
A modo de anécdota, les cuento que este verano, Sally se metió por primera vez al mar. Yo me metí después. Nos encontramos adentro. Finalmente salimos. A 20 centímetros de la costa, cuando ya no había ni amenaza de un olazo, y ambas habíamos salido relativamente sanas, vino una ola fuerte que nos barrió a ambas. Resultado: Sally fue revolcada por el piso y salió bastate baqueteada; su servidora, se distendió la inserción del isquiotibial. Decididamente, no tenemos estado físico para un mano a mano con las fuerzas de la naturaleza.