13.11.05

UBA II

Toda mi vida quise estar en la facultad. Soy ahora uno más de los felices entes que deambulan a la mañana por los pasillos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Es sorprendente ver como funciona la UBA a pesar de la falta de presupuesto. Pues les tengo una noticia. LA UBA, gloriosa institución, no necesita vil metal para funcionar. Funciona a base de vidas de los que alli entran sin saber que jamás podrán salir. Extrae cada pizca de felicidad y la posibilidad de pensar en cualquier cosa que no sean exámenes, cátedras o profesores. Uno es en tanto está en la UBA. El individuo pierde su esencia, casi sin darse cuenta, mientras su mente apila conocimientos como puede, expulsando cosas básicas aprendidas en la más tierna infancia. Son conocidos y contados cual leyenda urbana los casos de egresados que, terminada la carrera, ya no podían andar en bicicleta, y fueron atropellados al caerse de la misma en Scalabrini Ortiz y Corrientes. O aquel chico que, trabajando en su tesis de doctorado, olvidó como usar el baño y no le kedó más remedio que volver al estado primario de los pañales. Se respira, come y duerme UBA. No queda otra. LA alienación absoluta de los alumnos permite que el edificio se sostenga, a pesar de las vigas rotas, que los profesores den clase (tan solo por la satisfacción de los exámenes) a pesar de no cobrar, y que los alumnos se inscriban, aunque nadie haga una base de datos. He ahi la dolorosa verdad. Por el bien de las generaciones venideras, grafittearé en la puerta "Lasciate ogni speranza voi ch`entrate". Despues no digan que no avisé

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Espero que la UBA no te haga olvidar cómo escribir. Las viñetas de cada entrada son cada vez más insuperables. Siempre que te leo, reconozco mis palabras (nunca dichas y a gatas torpemente pensadas), como deberían haber sido escritas si uno tuviera un poquito de la chispa sagrada.
Qué le voy a hacer, sic transit gloria mundi.

3:34 p. m.  

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