21.9.05

Corolario a lo de Sally

Yo estoy preocupada. Lejo de ponerme a contar los rings de los teléfonos (Tas un poco al pedo o me parece, Sally?), yo escucho teléfonos sonando dondequiera que este. Generalmente, me levanto (valórese el gasto de energía) y busco el mio. Lo miro. No suena, ni mucho menos. Otras veces empiezo a alterarme, golpeandome la cabeza al grito de "Está sonando un celular, está sonando un celular", causando la alarma de mis amigos que miran sus respectivos celulares y me miran asustados. Yo no sé si los escucho como síntoma que anuncia la proximidad de un ataque de stress, porque estoy alienada en plena era de telecomunicaciones, o simplemente como reflejo de mi deseo de que la gente me contacte.
Conclusión: Estoy hasta las manos.
Ah, al margen, odio que todo el mundo tenga celulares con pantallita de color, juegos interactivos, conexión a la estación espacial MIR, que saca fotos, te despierta y te hace un par de huevos fritos si no comiste. GENTE, ¿Qué nos está pasando? No cedamos al espíritu del capitalismo y la obsolescencia planificada. Un celular, si bien es práctico, debería mantenerse simple. Es simplemente un teléfono portátil para poder llamar desde lugares inverosímiles (Por ejemplo, cuando se te queda el auto en la ruta a Berazategui), o para que te contacte la gente y te pueda decir "Sos un gil. No estás nunca en tu casa" y vos le contestes "Ya sé marmota, para eso tengo un celular, que de ninguna manera hace huevos fritos" mientras salis discretamente de tu clase de Sociedad y Estado. O Algebra I. O Introducción al conocimiento de la fisonomía del pajarito. Ponele X, qué más da. Aunque capaz opino todo esto de envidia, porque no hay forma humana en que me pueda bajar el ringtone de una canción de los Beatles, y toda la gilada anda con "la guitarra de Lolo" o "(I cant get no) Satisfaction" a cuestas, y en technicolor, que es como la polifonía de la imagen.
No importa. Acepto mi lugar en el tranquilo, calido, pero peligrosa y crecientemente digitalizado tercer mundo.