17.8.05

Colectivos

¿Qué onda con los bondis en capital? De repente, casi sin que uno se de cuenta, se llena de viejas. Uno, respetuoso, va cediendo sus asientos a las señoras, retrocediendo asustado cual peón en un tablero de ajedrez. Finalmente, logran su objetivo uno y otros 3 menores de 60 años quedan parados, acorralados, con la terrible sensación de ser coordinadores de una excursión de PAMI, más que simples pasajeros.
Ahora, en estos tiempos en que a la vejez se la ahuyenta a base de botox y tinturas ¿qué hace uno si sube una señora mayor, pintada y arreglada como para parecer más joven? ¿Cede su asiento o no? Si no lo hace, corre el riesgo de que la señore reclame "respeto a sus canas". Pero, cuidado, oh tú, pequeño boy-scout que cedes el lugar caballerosamente, porque la señora es capaz de ofenderse, dado que tiene "apenas" 57 años, y aparenta menos, según cree ella. Terribles zonas grises que impone el nuevo siglo.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Mejor tarde que nunca
Intentando ser un caballero, siempre y cuando me sea posible, cedo mi asiento a cualquier señora sin importar su edad o maquillaje.
Creo que lo correcto sería ceder el asiento a cualquier señorita, señora o persona mayor.
Aclaración: En el ajedrez, los peones no pueden retroceder.
Saludos

9:46 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home